Analía Spratte

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Algunas veces pienso que la soltería puede ser tan atractiva como una pareja, en esos momentos puedo llegar a creer que ese estado, se vuelve  la mayor competencia ante cualquier pareja por venir.

 

Desgrané el tema en mi cabeza, al menos la mitad de las veces que me sentí así de power,  y casi dudando de mí llegue a dos hipótesis principales.  La primera : como no llegó ni llega, no encuentro,  no busco a mi pareja ideal, entonces este rollo de la soledad positiva, justifica mi presente solitario cual conformista, o la segunda: en el ejercicio de mi independencia aprendí a abrazar mi soledad hasta el punto en que algunas veces, me fundo en ella.

 

No sé cuál de mis dos hipótesis te hicieron más sentido, pero en lo personal llegue a una conclusión -que me resulta sobre todo funcional- y es que  ambas hipótesis son ciertas, incluso complementarias , y sin culpables.

 

Precisamente ahí entendí que , al menos para mi, ni la soledad y ni la compañía están sobre ni sub valuadas, y que en ambos extremos , me siento mejor persona que antes de darle a cada una, el tiempo y el protagonismo que merecen.

 

Tener más horas en soledad,  además del tiempo para mí per-se : descanso, deporte, netflix, lectura, compras, cocina , o lo que sea, me acerco a mis posesiones: mi casa , mi ropa, mi auto, mis notas, recuerdos, o ¡lo que sea!,  porque me detengo en ellas sin apuro, las limpio, ordeno, selecciono, automotivada, mientras escucho música o desafino a capela bailando sola.

Algunas veces, casi  en simultáneo, me pasan otras cosas que me acercan a lo que para mí es felicidad en estado puro: me roba la atención un rayo de sol, un aire fresco que entra por la ventana, el color del cielo, mis mascotas, a mis plantas, y sencillamente empiezo a estar para ellos, los “veo”, les dedico tiempo sin prisa, me vuelvo más sensible , quizás más pensante, me siento en armonía, son momentos en que soy consciente de ser protagonista de un presente que vale la pena cada segundo ,ahí mismo, en mi propio mundo, me siento en plenitud. Namaste.

 

Aprender a disfrutar de la soledad cuando es moneda corriente, no es tarea fácil y puede llevar un tiempo , no solo  acostumbrarse, sino a encontrarle sentido. Es importante entender que la soledad no es algo malo al contrario puede ser un acto de amor que nos merecemos, un momento para reflexionar y apreciar los pequeños momentos que hacen que merezca la pena vivir.

 

¿Escuchaste hablar de la soledad positiva?

Se trata de un sentimiento de satisfacción cuando no hay nadie mas que vos esperando tu compañía. Es la capacidad de sentirse a gusto en compañía de uno mismo y disfrutar de la vida como se nos presenta. Es estar abiertos a apreciar lo que tenemos y encontrar la alegría sin la necesidad de depender de otra persona.  (*)

 

¿Te preguntarás donde quedó la conexión entre la soledad positiva  y estar acompañado?

 

Simple, sucede que cuanto más tiempo estoy  conmigo en soledad,  más puedo apreciar la compañía. Cuanto mejor convivo con migo,  soy capaz de ser mejor partner para los demás de lo que nunca antes había sido. Porque cuando estoy en contacto con mis vulnerabilidades y mis fortalezas, más humano y compasivo/a me vuelvo. Cuanto más aprendo a amarme, más me valoro. Entonces, cuando llegas ahí, humilde y sinceramente, estás listo para dar y recibir sin resentimientos.

 

Espero haberte aportado algo bueno con este artículo.

Gracias por leerme,

Analía

 

¿Sabes de alguien a quien pueda resultarle útil esto que escribí?

 Reenviale este link para que pueda leerlo www.analiaspratte.com/magazine/soledad

 

Si te resuena el tema y te gustaría trabajarlo en forma personal para abordar cualquiera de los temas mencionados en este artículo puedes contactarme por cualquiera de las vías de comunicación que aparecen en mi web www.analiaspratte.com  

 

(*) Importante : En contra posición, estará la soledad negativa, que es un sentimiento de tristeza,  alienación o de aislamiento de los demás, que nos afecta emocionalmente en forma negativa, y nos va alejando cada vez más del disfrute y la vida social.  Aunque es importante no temerle, si aparece hay que empezar  por aceptarla y saber que con la ayuda adecuada, puede volverse una oportunidad para aprender cosas nuevas de uno mismo y superarse. Si, si ves que persiste y empieza a afectar tu vida cotidiana, estamos obligados a consultar a un médico.